Se puede disminuir el recibo de la luz y a la vez mejorar la iluminación del hogar utilizando bombillas de bajo consumo y mucho mejor todavía lámparas LED. Los municipios ya van sustituyendo las antiguas bombillas por las LED en el alumbrado público.
Iluminación para el hogar
Una parte importante de la energía que se consume en el hogar es iluminación. Este gasto se reduce considerablemente utilizando bombillas de bajo consumo (LFC, lámparas fluorescentes compactas) y, sobre todo, LED (diodo emisor de luz), que cubren con creces las necesidades de iluminación de cualquier hogar.
Empecé a sustituir las viejas bombillas incandescentes por lámparas de bajo consumo en cuanto salieron al mercado. Son más caras y no duran tanto como dicen pero compensa porque consumen mucho menos y se nota en el consumo de electricidad. Aunque la verdad es que al final no se nota casi ahorro de dinero en el recibo de la luz ya que viene cargado de tasas e impuestos que nada tienen que ver con el consumo.
Ahora ya no repongo con lámparas de bajo consumo sino con LED, son algo más caras y tampoco duran tanto como se dice, sin embargo consumen todavía menos porque se pierde muy poca energía en calor, mejoran la iluminación y no contienen ningún elemento tóxico dañino para el medio ambiente (las de bajo consumo contienen mercurio y fósforo que son contaminantes y tienen efectos nocivos para la salud).
Para elegir lámparas LED hay que mirar la temperatura de la luz y la potencia luminosa. La temperatura de la luz tiene que ver con el color de la luz, y va del rojo al azul dando sensación de calidez a frialdad. La temperatura se mide en grados Kelvin. Para dar ambiente cálido me gusta la luz cálida (3.000 grados Kelvin).
El otro aspecto a comprobar es la potencia luminosa. Para que iluminen bien tienen que tener por encima de los 400 o 500 Lumen. Las bombillas que estoy utilizando ahora son de IKEA, tienen 2700 grados kelvin y 600 lumen, con un consumo de 10 watios, este consumo equivale a las antiguas bombillas incandescentes de 60 watios. Estoy muy satisfecho.
Asimismo en la cocina y en los baños utilizo varias lámparas pequeñas incrustadas en el doble techo, son de 2700 Kelvin y 400 lumen. He encontrado en IKEA unos LED que concentran muy bien la luz a través de pequeñas lentes (6 lentes), esto viene muy bien para concentrar la iluminación en el mostrador de la cocina o la zona del lavabo del baño. Las LED que no tienen este dispositivo de concentración dan también bastante luminosidad pero es más difusa, lo que puede ser muy interesante para salones, pasillos, etc.
Para la cocina y el baño hay quien prefiere la iluminación clara (5.000 grados Kelvin) tiene la ventaja de que los colores se perciben con mayor naturalidad. Esto es importante en el baño para maquillarse, pintarse, etc.
Parpadeo de las lámparas de bajo consumo y LED
A veces estas lámparas se quedan iluminando de forma tenue o realiza constantes parpadeos. Ocurre porque cualquier pequeña cantidad de corriente puede cargar los condensadores internos de la fuente de la luminaria:
- Cuando el interruptor está actuando sobre el cable neutro (cable azul) en lugar de hacerlo sobre la fase (cable marrón). En este caso, pueden aparecen pequeñas derivas de corriente
- Cuando el interruptor tiene una pequeña luz o piloto (normalmente utilizado para ubicar el interruptor en la oscuridad), esta pequeño piloto deja pasar una pequeña corriente en algunos casos suficiente para cargar los condensadores internos de la fuente de la luminaria y hacer que la misma quede iluminada de forma tenue o realice constantes parpadeos.
- Si la bombilla LED están conectada a un detector de presencia o de movimiento puede que se dé por dicho componente.
El condensador antiparpadelo puede producr problemas en los sistemas domóticos que utilizan la red para transportar las señales que se pueden perder por el condensador. En este caso no he encontrado solución al parpadeo.
Iluminanción para alumbrado público
En la puerta de casa tenía un farola no muy grande con una lámpara de vapor de mercurio de 125 Watios, daba bastante luz, incluso demasiada, y una buena parte de la energía se desperdiciaba en calor. Estas bombillas deben de haberse dejado de fabricar por su gasto y sus productos contaminantes.
Pues cuando se fundió agarré la escalera, un destornillador y unos guantes y allá que me he encaramé en la farola y sustituí la bombilla (125 Watios) por otra de bajo consumo (18 Watios) que proporciona una luminosidad equivalente a las antiguas incandescentes de 100 Watios (advierto que estoy hablando de una calle privada).
Esta bombilla da suficiente luz, desperdicia menos energía en calor y supone un ahorro considerable. Los Ayuntamientos ya van sustituyendo las antiguas lámparas de vapor de mercurio por bajo consumo o todavía mejor por LED.
Las bombillas de vapor de mercurio necesitan para encenderse una bobina de inducción (balasto) y un condensador que ya no son necesarios para las bombillas de bajo consumo o las LED y por tanto se pueden quitar, aunque si se dejan funciona igualmente (los he dejado por no trastear mucho en la farola).
Para trabajar con seguridad conviene quitar los fusibles que debe tener la farola normalmente en la parte baja. Para todos estos trabajos es muy recomendable utilizar escalera, calzado, guantes y herramientas que aíslen de la electricidad.